Consideraciones para los coautores de un artículo científico

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En la actualidad la investigación científica promueve, e incluso exige, la interdisciplinariedad para buscar soluciones a diferentes problemas científicos; en este contexto, el trabajo en equipo para generar conocimiento se hace cada vez más necesario, ello ha traído como resultado la publicación de artículos con múltiples autores. No obstante, existen ciertas situaciones en las que la asignación de la autoría corrompe la ética y honestidad que debe primar en la ciencia, por citar algunos ejemplos: la mención de autores de prestigio que no tuvieron participación activa en el desarrollo del trabajo, intercambio recíproco de autorías, autores fantasmas, autorías o coautorías forzadas, entre otras. La situación se agrava con la falta de un consenso mundial sobre quién califica como autor o cuanto porcentaje mínimo de aporte debe tener para considerarse coautor de un artículo científico.

Responder al cuestionamiento sobre qué consideraciones se deben tener para incluir a un coautor, me remonta a las cuatro actividades primordiales que han de cumplirse durante la elaboración de un trabajo científico. En la primera se señala que un coautor debe contribuir sustancialmente en las diferentes fases del proyecto: idea de investigación, diseño metodológico, recolección, análisis e interpretación de los datos. En segundo lugar, debe redactar o -en su defecto- revisar el documento concienzuda y críticamente. Como tercera actividad el coautor deberá aprobar la versión final que será publicada. Finalmente, el coautor debe acordar ser responsable de todos los aspectos del trabajo; así también, debe garantizar que este fue elaborado de forma precisa y con rigurosidad metodológica; al mismo tiempo que deberá asumir la defensa o aclaración de cualquier duda concerniente al tema que se investigó.[1]

Bajo mi consideración, el cuarto aspecto destaca de los otros -sin perder estos su importancia- ya que no se puede pretender ser autor o coautor de un manuscrito científico, sin asumir la responsabilidad por la producción de contenidos que se deriven de él y el impacto que pueda tener en la comunidad científica. Todo ello implica un compromiso real; además de ser conscientes de los derechos y deberes que posee toda persona que se adjudica la autoría de una obra científica.

Karla Estefany Atencio Castillo

Jefe de Oficina de Investigación en Salud

 


[1] Ilarraza-Lomelí H., y García-Saldivia M. En un documento científico: ¿quién debe ser el primer autor? Arch Cardiol Mex. 2015;85(2):93-95